Para los que no siguen la liga francesa y este pasado martes pudieron ver a Javier Pastore en la banda izquierda deben saber que no fue nada nuevo. Tras las malas actuaciones cosechadas por el argentino y la gran competencia que le llegó en el mercado, Pastore comenzó a ser silbado por los hinchas del conjunto parisino e incluso relegado al banquillo a pesar de la gran suma de dinero que se pagó por él. Carlo no se resignaba a cerrarle la puerta de la titularidad pero Javier no le correspondía con una buena actuación hasta que el técnico italiano decidió acostarle en la banda izquierda donde Pastore se ha ido adaptando y ha aprendido a sacrificarse defensivamente por el equipo, algo extraño para un jugador que originalmente se encarga de aportar creatividad y trazar pases para que los atacantes se beneficien de esa maravillosa visión que posee.
El que pudimos ver ante el Valencia fue el nuevo Pastore, Javier adaptado. Ahora aporta más al equipo defensivamente, se sacrifica para ayudar en defensa a sus compañeros e impone desde su nueva posición el talento creativo que atesora. Por naturaleza tiende a meterse al centro donde realmente se encuentra cómodo y donde puede destapar toda su creatividad dejándole además la banda a Maxwell para que profundice. Ibra también es un habitual en la zona de Pastore puesto que el sueco se aproxima mucho a Javier para darle apoyos. Personalmente me encanta esa faceta de hombre que se desenvuelve a las mil maravillas en el borde del área rodeado de posibles apoyos que lo hacen más bueno de lo que es. Un jugador que juegue donde juegue aportará su talento aunque en mayor o menor medida. Cosa de Carlo.
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